La gastronomía es de los elementos que adquiere más importancia en una boda, pues al final lo que hace es inclinar a la misma en el éxito o en el fracaso. Por lo que, si organizas tu boda, ten cuidado respecto a esto y no te olvides de ningún detalle.
La boda lo que representa, sin duda, es el carácter y la personalidad de los novios y cuando se busque el catering se debe intentar que pase a ser un reflejo de las parejas. Pensemos que una vez elegido un sitio para la celebración del evento, donde hay dos opciones respecto a la comida, que pueda tener cocina propio o puede contratar con un catering externo. Hay 3 formatos de catering:
Banquete
Podemos decir que es el más tradicional y se asocia con estilos más formales. Los invitados lo que están es sentados en las mesas y el menú tiene un entrante, plato principal y postre. La tendencia en los últimos años es optar por las llamadas mesas imperiales, corridas o rectangulares.
Así es como se van evitando problemas en la distribución y la decoración va a lucir bastante más, pues se puedan usar caminos de mesa grandes, velas y flores, los cuáles van a ir de un extremo al otro.
Cóctel
Actualmente se le llama finger food (o comer con las manos), esto es magnífico para las bodas que tienen estilos más formales o íntimos. Los invitados van a estar de pie y alrededor de mesas altas, haciéndose la comida mediante aperitivos, bodegones, corner food y live cooking. El ambiente va a ser más distendido y ayudará a que haya una mayor relación entre los invitados.
Buffet
Esta clase de catering es el menos extendido, donde acostumbran a instalarse una serie de mesas alargadas donde hay muchos platos fríos y calientes de tal forma que los invitados elijan lo que más les pueda apetecer. Se puede hacer de pie o sentado, siendo más habitual en las bodas que tienen muchos asistentes.
Con independencia de la clase de catering elegido, es fundamental realizar una serie de pasos, para saber por dónde empezar.
Fechas y horarios
No es igual una boda que se celebre en un mes como agosto que una noche del mes de enero, por lo que el menú deberá ir de acuerdo a la época del año. En el caso de que decidas celebrar el enlace en los meses veraniegos, lo mejor es que los platos sean más ligeros, como la ensalada el gazpacho, para el cóctel podrás incluir una barra con bebidas refrescantes.
Si se elige el otoño o el invierno, vas a poder ofertar platos de cuchara y que tengan más aportes en materia de calorías. Para el cóctel, la mejor idea es que se incluyan las cremas de temporadas o consomé, de tal forma que los invitados puedan entrar en calor.
Presupuesto
Fundamental, pero no debemos tener un aspecto de gran importancia. Muchas veces es mejor que se reduzca la cantidad y aumentar la calidad, si tienes un presupuesto más limitado.
Una alternativa es la opción de catering en formato cóctel que es más barata que el formato sentado y si deseas ahorrar algo de dinero, donde es bueno encontrar un catering que oferte un servicio integral.
Hay servicios adicionales como cocinar en directo, un corner de dulces o el contar con una recena es un plus para los que tengan un presupuesto más alto.
Lugar
En este sentido, lo que hacen es jugar una serie de factores dependiendo del área geográfica donde se vaya a celebrar una boda o de si el espacio elegido sea exterior o interior. En lo primero, lo perfecto es usar productos e ingredientes locales, abaratando costes y garantizando más frescura y calidad.
Si se celebra la boda al aire libre, no debe falta el cóctel de bienvenida en distintas estaciones de comida. En el caso de que se haga dentro, es posible hacer un cóctel en el porche o en la sala que se encuentre próxima al banquete o el buffet.
Como dicen los expertos de lafrolita.es, es realmente importante elegir una empresa de catering que pueda responder de verdad a nuestras necesidades. Pensemos que en España tenemos un muy buen nivel gastronómico, pero después hay empresas que son serias y otras que no lo son tanto.
De primeras, desconfía siempre de las que tengan precios escandalosamente bajos, pues al final tienen que reducir costes y eso será de manera fundamental en la calidad de los alimentos y de no ser así, lo será en la formación de los profesionales. La calidad tiene un precio.