Supongo que esta historia no es de Iker Jiménez y su Cuarto Milenio. Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez. Y es que ya estamos acostumbrados a que no entendamos en qué se nos va el dinero. Hay muchas frases que nos pueden resumir esto que os estoy contando. Hay muchos días para tan poco sueldo. O esa que dice no llegó a final de mes, estamos a día 2 y ya no tengo nada en el banco. Pues cada uno sabe perfectamente en qué se les va el dinero, pero yo tengo claro que hay una que tenemos en común y que mucha gente no sabe.
Y es que he comprobado, a través de mi experiencia personal, pero también de las de mis hermanos, que el dinero se nos va por las ventanas. No somos conscientes de lo importante que es tener unas ventanas habilitadas en condiciones para evitar que los euros estén saltando por la ventana directos a la calle. Os voy a contar mi historia y luego me decís si no os habéis sentido identificados.
Yo, como cabeza de familia, había estado notando que mis facturas de electricidad iban en aumento cada mes. Empezamos con diez euros más, otro mes otros cinco, y cuando llegaba el invierno eso ya era el total descontrol. Yo, la verdad, es que era cuidadoso con el consumo de energía, incluso reñía mucho a mis hijos o a mi mujer. Pero nada, cada mes era mayor la cantidad que teníamos que pagar a la empresa. Incluso les decía que nos iban a hacer un monumento por el dinero que todos los meses pagábamos. Así que me puse manos a la obra ya muy en serio. Me puse a investigar por dónde se nos iba el dinero. Y al final, llegué a la conclusión de que una de las principales causas era el mal aislamiento de mis ventanas. Como oyes. Así que decidí tomar cartas en el asunto y cambiar todas las ventanas de su hogar por unas de PVC. No me lo pensé, después de hablar con los profesionales de Crear Sur que me contaron los beneficios que iba a tener. Y oye, que fue dicho y hecho.
Como ya me adelantaron, el primer mes de tener estas ventanas ya lo noté en la factura de la empresa de energía. Era muy curiosa comprobar cómo la temperatura de mi casa se mantenía mucho más estable, sin esas oscilaciones que tenía antes. Esto se vio rápidamente cuando empecé a usar menos calefacción en invierno y menos aire acondicionado en verano. Era la combinación perfecta para comenzar a ahorrar. Además, y es otra de las cosas que más contento me puse, dejamos de tener corrientes de aire frío en el invierno, y ruido y la suciedad del exterior.
Seis meses después
Como si fuera una película de esas de Multicine de Antena 3, nos ponemos seis meses después de la instalación de las ventanas de PVC en mi casa. Pues bien, ya comencé a notar una gran diferencia en mis facturas de electricidad. El ahorro mensual era tremendo, ya que estamos hablando de que podía tener una diferencia con el año anterior de casi 100 euros. Ahí es nada. Unos 100 euros que en los tiempos que corren vienen muy bien para destinar a otros fines. En mi caso decidí una cosa muy curiosa y que, claro está, gustó mucho a mis hijos. La diferencia de dinero que había entre un mes y otro, lo metía en una hucha para irnos de vacaciones en verano. Solo os digo que no he tenido unas vacaciones como las de este año gracias a lo ahorrado en calefacción.
Y es que, además del ahorro en las facturas de electricidad, toda la familia comenzamos a notar otro tipo de beneficios de tener estas ventanas de PVC. En primer lugar, la tranquilidad y la comodidad de estar en el hogar. La temperatura se mantenía estable y no teníamos que estar peleándonos con los problemas de las ventanas antiguas. Además, el PVC es un material que dura mucho y de fácil mantenimiento, por lo que no tenemos ya que que preocuparnos por posibles reparaciones o por tenerlas que cambiar en unos años.
En resumen, que desde que cambié las ventanas he notado el consumo mucho más bajo en mis facturas de electricidad. Además estamos mucho más cómodos en casa. Sin duda, fue una inversión que valió la pena, que cantara el mítico Marc Anthony.