Como osteópata, a lo largo de mi experiencia he podido comprobar cómo la osteopatía transforma la calidad de vida de muchas personas. Este enfoque terapéutico, basado en una visión global del cuerpo, busca restablecer el equilibrio natural del organismo mediante técnicas manuales precisas y personalizadas. La osteopatía no se centra únicamente en aliviar síntomas, sino en encontrar y tratar la causa subyacente de los desequilibrios que afectan la salud.
El cuerpo humano es una estructura interconectada en la que cada sistema influye en el otro. Cuando existe una restricción en la movilidad de una articulación, una tensión muscular o un bloqueo en los tejidos, el cuerpo reacciona generando compensaciones que pueden derivar en dolor crónico, fatiga o disfunciones en otros órganos. A través de la osteopatía, trabajamos para liberar estas restricciones, restaurar el movimiento y optimizar el funcionamiento del organismo.
Uno de los principales beneficios de la osteopatía es el alivio del dolor musculoesquelético y es que muchas personas acuden a la consulta con molestias en la espalda, el cuello o las articulaciones, por lo que mediante técnicas de manipulación y movilización podemos reducir la tensión muscular y mejorar la alineación corporal. Esto es especialmente útil en casos de hernias discales, lumbalgias o cervicalgias, donde una correcta movilidad articular y el equilibrio de la musculatura son clave para la recuperación.
Pero la osteopatía no solo trata el dolor físico, sino que también tiene un impacto positivo en el bienestar general. En este sentido, muchos de nuestros pacientes de la clínica López Corcuera experimentan mejoras en la calidad del sueño, reducción del estrés y mayor relajación tras una sesión. La regulación del sistema nervioso es otro de los aspectos fundamentales de este tratamiento, ya que a través de técnicas específicas se puede estimular la circulación sanguínea, favorecer la oxigenación de los tejidos y ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
Otro de los campos en los que la osteopatía ha demostrado ser altamente efectiva es en los trastornos digestivos. Muchas veces, problemas como el reflujo, el estreñimiento o la hinchazón abdominal tienen su origen en tensiones viscerales o restricciones en la movilidad de la columna y el diafragma. Mediante técnicas de osteopatía visceral, podemos liberar estas restricciones y mejorar el funcionamiento del aparato digestivo, favoreciendo el tránsito intestinal y reduciendo las molestias asociadas.
En el ámbito de la salud femenina, la osteopatía también ofrece grandes beneficios y, sin ir más lejos, durante el embarazo, muchas mujeres experimentan dolores lumbares, ciática o molestias en la pelvis debido a los cambios posturales y hormonales que ocurren en el cuerpo. En estos casos, mediante técnicas suaves y adaptadas, se puede aliviar la presión sobre la columna y mejorar la movilidad de la pelvis, facilitando un embarazo más cómodo y un parto menos traumático. También puede ser de gran ayuda en casos de dismenorrea, síndrome premenstrual o trastornos hormonales, al contribuir al equilibrio del sistema endocrino y la circulación sanguínea en la zona pélvica.
Los beneficios de la osteopatía también se extienden a los bebés y niños y problemas como el cólico del lactante, las alteraciones del sueño o la plagiocefalia pueden ser tratados con técnicas osteopáticas suaves que ayudan a mejorar la movilidad craneal y favorecer el bienestar del bebé. En niños más mayores, la osteopatía puede ayudar en el tratamiento de escoliosis, problemas posturales y ciertas dificultades respiratorias, como el asma, al optimizar la movilidad de la caja torácica y mejorar la función pulmonar.
¿Qué formación tiene un osteópata en España?
En nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en la inmensa mayoría de los países que nos rodean, la formación de un osteópata no está completamente regulada a nivel estatal, lo que significa que no existe un título universitario oficial exclusivo para osteopatía. Sin embargo, para poder ejercer de osteópata y ofrecer tratamientos efectivos y seguros, los profesionales deben completar una formación especializada en osteopatía que les proporcione los conocimientos y habilidades necesarios.
En este sentido, en la actualidad, la mayoría de los osteópatas que ejercen en nuestro territorio obtienen su formación a través de programas de posgrado o diplomaturas en osteopatía, que suelen ser ofrecidos por instituciones y escuelas privadas especializadas. Estos programas están reconocidos por asociaciones profesionales de osteopatía, como la Osteopathic European Academic Network (OEAN) y la Federación Española de Osteopatía (FEDO). Por ello, todas aquellas personas que necesitamos pasar en algún momento de la vida por las manos de un osteópata podemos hacerlo con la tranquilidad de saber que nos está tratando un profesional cualificado.