Cualquier persona puede iniciarse en el Mindfulness

La meditación es un entrenamiento mental. Muchos estudios científicos han comprobado que el Mindfulness mejora la atención plena, reduce el riesgo de depresión, el estrés, etc.

La meditación tiene cientos de técnicas, así que debes elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. Debes meditar en una postura cómoda, te puedes sentar y apoyar las manos en las rodillas.

Otra opción es tumbada en el suelo boca arriba, con las piernas ligeramente abiertas y un brazo a cada lado del cuerpo, con las palmas de las manos mirando hacia arriba. ¡Esta postura se conoce como savasana!

También es importante encontrar tu momento.

La revista ¡HOLA! informa que «puede ser justo después de despertar, al terminar tu trabajo, o incluso puede ser luego de tu hora de comida, lo importante es que sepas que ese es el momento más tranquilo durante tu día. Una vez localizado, dirígete a un sitio tranquilo, puede ser al aire libre o dentro incluso de tu oficina, pero procura que no tenga tantos ruidos y distracciones».

Es aconsejable meditar con ropa cómoda y de deporte. No puedes meditar con el cuerpo tenso, porque estarás incómoda. Debes cerrar los ojos y respirar profundamente.

Los profesionales de Escuela de Crecimiento, expertos en meditación Mindfulness y en formación de constelaciones familiares, explican que debes seguir las instrucciones del audio y permanecer inmóvil mientras meditas.

Te aconsejamos que te formes en una escuela de meditación. El objetivo de los profesionales es orientarte hacia el autoconocimiento y poner en valor bienes universales como la compasión, la inteligencia integral, el reconocimiento de tu propósito, el optimismo…

Meditar 15 minutos a diario es suficiente, pero debes encontrar un lugar tranquilo donde no te molesten, y una hora del día en la que puedas incorporar la sesión de meditación.

Integra esta técnica en la vida cotidiana. Para desarrollar la atención plena al presente, puedes tratar de mantener ese estado mientras haces actividades como comer, cocinar, trabajar, etc.

El periódico digital Okdiario informa que «el mindfulness también sirve para todas las tareas y hábitos de tu vida. Y el sexo no es una excepción. Pues vivir el momento presente nos permite conectar con nuestra esencia y con la de la otra persona».

Incluso, muchas mujeres embarazadas recurren a esta disciplina porque sufren estrés y eso puede generar problemas en ellas, y en el desarrollo de los bebés que están gestando.

Varios estudios han descubierto que las embarazadas que practican Mindfulness tienen menos estrés y también hay una reducción de las complicaciones de la gestación, como la preeclampsia o la muerte perinatal.

Otro de los beneficios es que las gestantes que practican yoga y Mindfulness sufren menos partos prematuros, que las que no llevan a cabo esas prácticas.

Con esta técnica reconecta con el cuerpo y es consciente de todos los cambios y disfruta de ellos, como los movimientos del bebé.
También mejora el sistema inmune y reduce los riesgos de que la madre sufra depresión postparto.

Los expertos consideran que el Mindfulness tiene un impacto en el cerebro, así que ayudará a la futura mamá a cambiar sus creencias negativas acerca del parto y a reducir considerablemente la ansiedad.

Muchas madres también deciden practicar Mindfulness con los hijos. Esta técnica de relajación se está implantando en muchos colegios para mejorar los resultados académicos de sus alumnos.

Los ejercicios de respiración les ayuda a centrarse en el presente, a relajarse
a pensar y tomar conciencia de sus emociones. La meditación aporta múltiples beneficios a todos los niños y adolescentes, incluso aquellos que tienen trastornos del espectro autista, estrés o ansiedad.

Esta técnica ayuda a que los pequeños sean más empáticos con los demás y a preocuparse menos por lo que pasará en el futuro. Otro de los beneficios es que los alumnos aprenden a regular las emociones, a reducir el estrés y a controlar los impulsos.

Los niños que meditan experimentan: mejor autoestima, mayor creatividad, menos estrés, más estabilidad emocional y más atención al presente.

Muchas personas deciden ser instructores de Mindfulness porque quieren entender el funcionamiento de la mente y de las emociones. El instructor debe asegurarse de que los participantes comprenden los contenidos correctamente.

Es fundamental que el material sea entretenido y didáctico. También tiene que saber implementar los programas estándar para todo tipo de destinatarios, así como diseñar jornadas, clases, retiros y talleres monográficos.

Durante las clases algunos alumnos pueden evocar sentimientos negativos, por lo que el instructor debe acompañar a los participantes con cuidado y consideración.

El profesional debe ser capaz de comprender y consolar a los alumnos cuando sufren. Para ser instructor debes tener paciencia, compasión, aceptación, respeto y autenticidad.

Este profesional tiene que ser una persona empática, generosa y que sienta conexión con los demás.

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