La belleza no es un condominio exclusivo de la mujer. Siempre ha parecido que así era y debía ser, cuando en realidad, los hombres también han hecho gala de su coquetería desde tiempos inmemoriales. Ya los antiguos griegos y romanos gustaban de lucir cuerpos definidos y formados, véanse las estatuas que nos legaron.
Históricamente, el querer gustar al sexo opuesto, siempre ha sido un camino de doble sentido, por mucho que queramos darle la vuelta y pensar que este cambio, es algo actual. Desde la aparición de la metrosexualidad, el tema en cuestión ha dejado de ser tabú y vergonzante para el género masculino. Sin embargo, siempre se han cuidado de lucir un aspecto impecable para conquistar a las féminas y el público en general.
Lo que marca la diferencia es que, en la actualidad, no se oculta. Un hombre es perfectamente capaz de acudir a una clínica de estética sin ningún tipo de prejuicio o vergüenza, como nos afirman las profesionales de Lovely Lashes.
Cierto es que la mujer siempre ha dado una mayor importancia a cierto tipo de cuidados estéticos, realzar su belleza ha sido la máxima de infinidad de mujeres a lo largo de la historia. Olvidamos entonces que los hombres hacían lo propio, pero a un nivel diferente. Cuidaban su pelo, su vestimenta, las facciones de su rostro merced a la barba. Quizá que, en otros tiempos, todos estos cuidados estaban solo al alcance de las clases más pudientes.
Como fuere, lo que es irrefutable en la actualidad, es que los centros de belleza no son patrimonio de las mujeres y algunos hombres en exclusiva. A día de hoy, la estética es una cuestión unisex. Ya sea en centros de belleza o clínicas de estética, los hombres cuentan con tratamientos exclusivos para sus necesidades y gustos.
Ya no se trata de ir al gym para lucir un cuerpo de escandalo y mantenerse en forma. Cuidar el cabello, el rostro y mejorar todas las partes del cuerpo que requieran de ello, es una prioridad para la gran mayoría.
Evolución de los cánones de belleza masculinos desde los pasados años veinte
A lo largo de los cien últimos años, cada década, definió sus propios cánones de belleza. No solo para la mujer, los hombres debían ceñirse a unos patrones para estar a la última.
Desde los años veinte, la evolución ha sido tan notoria como imparable. Alla por mil novecientos veinte, los hombres derrochaban elegancia, traje de chaqueta, corbata y refinamiento para ofrecer una imagen limpia y cuidada.
Durante los años treinta, a esa elegancia, se unió el bigote. Un bigote cuidado que aportaba ese toque de masculinidad y distinción a quien lo lucia. El pelo siempre ha sido uno de los puntos débiles del hombre, en los cuarenta, el volumen era primordial. El flequillo pin up era la estrella.
Ese flequillo se convirtió en tupe allá por los años cincuenta, donde tener colocado cada cabello en su sitio y contar siempre con un peine para retocarlo, era el punto de coquetería masculino que volvía locas a las féminas.
Con los sesenta, llegaron los hippies y esos cánones, cambiaban. El aspecto cuidado y limpio, dejaba paso a las melenas largas, las barbas tupidas y pobladas, bigotes y perillas acompañadas de un aspecto desaliñado, eran el no va más.
Entre los setenta y los ochenta, la publicidad imponía sus propios cánones de belleza al público masculino: cabellos rizados y definidos, pelo en el pecho cual macho alfa y cuerpos esbeltos y fribrados sin demasiada forma.
Los noventa trajeron un cambio radical a esos patrones: las barbas y bigotes eran cosa del pasado. Las cejas pobladas afeaban el rostro y apareció el prototipo de masculinidad asociada al cuerpo. Los referentes masculinos de belleza, deben tener un cuerpo musculado y lucirlo, a ser posible, sin pelo.
Esta tendencia que apareció a lo largo de la última década del siglo XX, se convirtió en algo más que una moda. El nuevo siglo, definió la masculinidad y lo que se implantó fue el cuidado del cuerpo: músculos, más músculos, cuerpos depilados de pies a cabeza. La imagen del hombre debía ser robusta, fuerte y de mirada intensa, poco a poco esas facciones se convertirían en rostros inocentes de sonrisa profident.
Durante la segunda década del nuevo milenio, a parte del cuerpo proporcionado y definido, vuelven las mandíbulas anchas, los rasgos prominentes y marcados, la espalda fuerte y ancha junto a una melena poblada y cuidada. Todo esto, obtenido gracias a los cuidados estéticos necesarios.
Las modas van cambiando, las tendencias se fusionan y a partir del dos mil veinte, la sexualidad se disipa. Igual que ha sucedido con la feminidad, la masculinidad, va difuminando sus fronteras hasta el fundirse los patrones de la misma. Los rasgos femeninos, adolescentes y delgados, son lo más in. Hombres que no son esclavos de su masculinidad y el culto al cuerpo en el gimnasio.
El cuidado incluye maquillaje y peinado, barbas arregladas o ausentes. Lucir bien es lo que se lleva y para ello, los hombres, se han ido subiendo al carro de la estética, para que les ayude a lograr encontrar su estilo y ponerse o quitarse lo que les sobra.
Cuales son esos tratamientos de elección es algo que hemos querido saber y compartir. Aquí van los tratamientos estéticos más demandados por los hombres de esta década.
Tratamientos de estética masculina
Desde hace ya unos lustros, el tratamiento por excelencia es la depilación láser. A los hombres no les gusta mostrar un cuerpo peludo y cada vez empiezan antes a eliminar todo el vello corporal. Tal es la necesidad de eliminar el vello que pasan por cualquier método de depilación, desde la cuchilla y la cera hasta el láser más potente.
Aunque no lo parezca, los michelines que se forman en los flancos de la cintura, tampoco son algo que a los hombres guste tener. A parte del gym, cuya eficacia esta probada, muchos hombres recurren a la mesoterapia para disolver esa grasa acumulada.
Más allá de utilizarse para tratar lesiones, la radiofrecuencia, es otro tratamiento muy demandado por los hombres para eliminar la grasa y tensar la piel.
Carboxiterapia para erradicar las espantosas ojeras que se forman bajo el ojo. Parece ser que no les gusta parecer cansados y las ojeras, profieren ese aspecto al rostro. Este es otro de los tratamientos de elección que prefieren los hombres.
Aquí comparten un tratamiento con las féminas: el botox esta a la orden del día para todos, todas y todes. Frente, entrecejo y patas de gallo se atenúan gracias a esos pinchazos estratégicos. Así, los más mayores, recuperan su juventud.
Como a las mujeres, a ellos también les gusta tener todo en su sitio. Si algo sobra, se elimina, si algo falta, se pone. Los rellenos dérmicos son muy demandados, sobre todo en el rostro. Ácido hialurónico para aportar volumen y eliminar arrugas superficiales, hidroxiapatita cálcica para estimular la producción de colágeno y en conjunto, para combatir los signos de la edad, reafirmar la piel, definir la mandíbula y el mentón.
Eliminar las varices es otro de esos tratamientos que solicitan. Estéticamente, a nadie le gusta contemplar ese aspecto enfermizo que dejan las varices en las piernas, aunque en realidad, no se trate de algo grave. Por esa razón, las clínicas estéticas realizan estos tratamientos de eliminación de las mismas a una relevante cantidad de caballeros.
Luz pulsada para eliminar las manchas que aparecen en la piel del rostro gracias a los rayos UVA y el envejecimiento, también están a la orden del día, dentro del sector masculino.
Las limpiezas profundas del rostro, no pueden faltar en la lista. Los peelings no son solo cosa de mujeres, a ellos también les gusta lucir una piel con buen aspecto: luminosa y libre de impurezas.
Cuando aparecen los granitos en la adolescencia, el acné, hace de las suyas bajando la autoestima de quien lo padece. Pero no se trata solo de un problema de la juventud. En la edad adulta, también pueden darse casos de acné, los tratamientos que ayuden a eliminarlo, son otros de los mas demandados. Siempre con una atención especializada para cada paciente y tipo de acné.
Como se puede observar, tanto hombres como mujeres, persiguen lo mismo: encontrarse y sentirse bien con uno mismo. La manera de lograr ese objetivo no es tan diferente para uno u otro sexo. Tratamientos de belleza, operaciones de cirugía y todo lo relacionado con la estética están a la orden del día a nivel general.
Van cambiando las tendencias respecto a cómo son esos cánones de belleza. Eso es inevitable. Lo que va en aumento es el interés por formar parte de esos cánones. Los hombres se cuidan y gustan de lucir buen aspecto. Ya no les importa reconocerlo y llevarlo a cabo.
Igual que las mujeres imitan a otras mujeres porque les gusta su estilo, los hombres cuentan con sus propios prototipos a los que emular. No todos quieren ser Brad Pitt o David Beckham porque ya no están de moda, pero siempre hay alguno marcando tendencia e imponiendo estilo.